lunes, 18 de enero de 2010

Nada que decir


El horror ante la página en blanco o ante la pantalla en blanco. ¿Existe realmente algo así? Esa especie de horror vacui que nos impulsa a teclear o gastar tinta para huir hacia adelante, para escapar de la inminencia de la muerte. The rest is silence, decía el príncipe de Dinamarca después de llenar cinco actos con acciones y palabras desmesuradas.
¿Escribimos por temor al vacío o por necesidad de satisfacer nuestra propia pedantería? ¿Tenemos miedo que junto con nuestra vida se pierda todo recuerdo de nuestro paso por el mundo o solamente fantaseamos con el placer de la adulación y el reconocimiénto: -leí tu artículo- .
Nada que decir, tiempo perdido en palabras vacías, en gestos pedantes y complacientes. La fantasía vana de un reconocimiento que nos envíe a un territorio de ficción donde somos brillante y eternos.
Nada.
Blanco.
Nada.

Escrito con el Navegador Flock

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